En el interior de un ruidoso café
Un anciano se apoya sobre un velador;
Un periódico ante él, iluminado por la soledad.
Y en el desprecio de su miserable vejez
Piensa qué poco gozó de los años
Cuando tuvo vigor, y elocuencia, y belleza.
Ha envejecido tanto; lo siente, lo ve.
El tiempo de su juventud, como si hubiera sido ayer,
pasó. Qué velozmente, qué velozmente.
Medita en cómo ahora se ríe de él la Sabiduría;
Y cómo fió siempre-¡qué locura!-De esa embustera que le decía:
‘Mañana, tienes mucho tiempo’.
Recuerda impulsos que contuvo; y el sacrificio
De su felicidad. De su insensata prudencia
Se burla hoy cada ocasión perdida.
…Hasta que de tanto evocar el pasado
se adormece. Hundido
sobre el velador solitario…
Leyendo esta poesia cuando tenia 19 ó 20 años decidí ignorar mi insentata prudencia, dejar mi trabajo, intentar hacer de mi vida una novela e irme de au-pair a Roma. Fué emocionante.
ResponderEliminarCreo que esta, junto con "Viaje a Itaca" "Velas" y "Peinar un sueño"son las poesias más bonitas que he leído nunca.
Espero que os guste GRUPO BEST.
Guau! Qué aventurera fuiste de jovencita! :)
ResponderEliminarMe gusta lo que has hecho en tu blog. Y has desvelado mi secreto: qeu soy rubia con ojos azules, jajajajaja xD
Ha sido un mediodia agradable :)
Ahora me quema el brazo :p
Besicos
Mar
("sí, la marformadora" :p)